Justicia Penal: interrogantes sobre dureza y eficiencia

El domingo Jorge Lanata en su columna política en el Diario Perfil presentó cifras realmente alarmantes de Argentina sobre la situación socio económica de la niñez y la juventud. A su vez, allí menciona las 183 muertes que provocaron fuerzas de seguridad en el 2005, de las cuales, la mitad era de menores de 18 años. Pero en este espacio quiero recalcar los datos que ofrece Lanata sobre la Justicia Argentina: la tasa de encarcelamiento aumentó en los últimos ocho años, el 167 %; según números de 2004, hay 60.147 personas detenidas, de las cuales el 67 % está sin condena; la Argentina tiene más fiscales que defensores (313 contra 174) y el presupuesto se dipone de la siguiente forma: 226 millones para fiscalías, y 86 para defensorías.
Periodismo: ¿culpables del aumento de presos en las cárceles?
En relación a las cifras presentadas, y como análisis de las mismas, deseo transcribir un fragmento de un reportaje a Norman Bishop, especialista en prisiones y políticas penitenciarias:
Periodista: ¿Por qué hay cada año más presos? Bishop: Los medios de comunicación tienen mucha responsabilidad. P: ¡Ay!... ¿Qué hemos hecho ahora? B: Para vender más diarios y, ¡sobre todo!, para obtener más audiencia en televisión, insisten en mostrar los sucesos más escabrosos, en alarmar a la gente. Alarmada, la población reclama a sus políticos que actúen contra la criminalidad. Y los políticos, para ser votados, amplían tipos penales y alargan penas. Conclusión: ¡crece la población reclusa! P: ¿Pero también crece la seguridad en las calles? B: ¡No! Eso es erróneo. Más presos en un país no se traduce en más seguridad en ese país. Un descenso en la población reclusa no produce un aumento de la criminalidad en la calle.
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